"Te contaré algo.

Te contaré algo que no le he contado a nadie nunca.

Algo que no me he contado ni a mí mismo

y que ni siquiera he escrito porque no he podido.

Se trata de algo extremadamente simple y

monófono y por eso creo que no he podido.

Se trata de lo que no he puesto.

De lo que no he podido poner nunca.

De lo que siempre queda fuera, se me queda afuera.

De lo que no he podido incorporar.

Y se trata sobretodo de historias o recorridos

a pie o líneas sinuosas dificultosamente apenas

que bordeando piedras insignificantes avanzan

imperceptibles por la berma más torpe,

de la más fome, de la más lacia de las veredas.

Se trata de la inconsciencia mía y de la luz."



Claudio Bertoni


Tuíter

lunes, 22 de marzo de 2010

Tengo miedo


Tu voz se apagaba
Mis manos temblaban
Se me helaron hasta los huesos
Tus sollozos cada vez más obvios
Y tus intenciones más confusas

Tengo miedo de verte
Tengo miedo de ver tu sombra bajo mis pies
Tengo miedo de decir sí
Tengo miedo de tus palabras
Tengo miedo de tus tormentas
Tengo miedo del futuro
Tengo miedo torero.

miércoles, 17 de marzo de 2010


detente a pensar en qué diablos piensa el mundo entero
detente a pensar por qué deberías pensar en lo que piensan los demás
detente a pensar por qué te lo cuestionaste
detente a pensar por qué estamos así

Nada grave, se supone.






Ne me quittes pas, mon cher, ne me quittes pas.
Regina Spektor.

jueves, 4 de marzo de 2010

Golpe del Bicentenario (extracto)

{...} De repente, a las 3:34, suaves movimientos mecen las cunas de cada penquista, y la mano que mece aquellos aposentos comienza a ser más violenta y sacude las casas, los edificios, hospitales, supermercados, tiendas, todo. El piso 14 se sacude como una caja, para todos lados, como la cola de un perro cuando llega su amo, como un espiral, un eterno espiral que no cesa, que lanza los artefactos de la cocina, quiebra tazas, platos, vasos, destruye el estuco del cielo raso, las paredes. En frente se puede ver un edificio que le llueve el vidrio de sus 20 pisos: explotan como bombas de pintura, como una lluvia cortopunzante, transparente, discreta, asesina. “Esta weá no para, la cagó para ser fuerte”, te repites sin cesar, sacude tus cuatro paredes, a ti, tus familiares, tus vecinos, incluso tus amigos de más lejos, tu casa en el Sur, una país, y millones de vidas que caminan por una cuerda floja, llenas de miedo, angustia y desesperación ¿Qué va a pasar con las casas destrozadas sobre la calzada? ¿Quién va a socorrernos ante esta situación catastrófica? ¿Dónde irán a parar cientos de personas que no tienen hogar, porque lo perdieron ante los casi 9 grados Richter que remecieron la ciudad de Concepción? Nunca habías sentido algo así, nunca se te pasó por la cabeza aquella magnitud de movimiento y destrucción. {...}