"Te contaré algo.

Te contaré algo que no le he contado a nadie nunca.

Algo que no me he contado ni a mí mismo

y que ni siquiera he escrito porque no he podido.

Se trata de algo extremadamente simple y

monófono y por eso creo que no he podido.

Se trata de lo que no he puesto.

De lo que no he podido poner nunca.

De lo que siempre queda fuera, se me queda afuera.

De lo que no he podido incorporar.

Y se trata sobretodo de historias o recorridos

a pie o líneas sinuosas dificultosamente apenas

que bordeando piedras insignificantes avanzan

imperceptibles por la berma más torpe,

de la más fome, de la más lacia de las veredas.

Se trata de la inconsciencia mía y de la luz."



Claudio Bertoni


Tuíter

jueves, 16 de septiembre de 2010

Canto Libre













El verso es una paloma

que busca donde anidar.

Estalla y abre sus alas

para volar y volar.


Mi canto es un canto libre
que se quiere regalar
mi canto es un canto libre.


A quien le estreche su mano
a quien quiera disparar
mi canto es un canto libre.


Mi canto es una cadena
sin comienzo ni final
y en cada eslabón se encuentra
el canto de los demás.


Sigamos cantando juntos
a toda la humanidad.
Sigamos cantando juntos

que el canto es una paloma
que vuela para encontrar.

Estalla y abre sus alas

para volar y volar.

Mi canto es un canto libre.




Victor Jara (1932-1973)

a 37 años de su muerte,

Presente.

domingo, 29 de agosto de 2010

Ein, zwei


Antes de mí, no eras ,
Antes de ti, yo no era yo.

Antes de ser Nosotros Dos
No había ninguno de los dos.

(No entiendo cómo podía vivir antes.)




miércoles, 28 de julio de 2010

Nouvelle matinée


Despertar. Así de simple.

Con ganas de cantar, con ganas de bailar, con ganas de reír hasta que te duelan las orejas, con ganas de despertar sin sueño, con ganas de besar, con ganas de amar, con ganas de seguir viviendo.

martes, 4 de mayo de 2010

Av. Pérez Rosales

Mi paciencia nunca es bastante.
Miro mis pies por delante.
El taladro del hotel ya se ha ido.
Sigue una ruta de gente entremezclada
y vías sin terminar.
Un poco de ajedrez, para la estrategia.
¿Estrategia de quienes, para hacer qué?
Nadie lo sabe
y sin embargo,
nadie lo averigua.
(y yo tampoco, gracias.)

Cuando giras noventa grados hacia la derecha
ves esa multitud, no siempre heterogénea
(como pareciera ser)
más bien te quedas con la perspectiva de ser algo ajeno,
pero que también podrías encajar, (¿por qué no?)
Y te cansas de hacer tanto paréntesis en tu análisis.

El frío de Mayo tiene una calidez un tanto peculiar
y peculiar digo, porque me es casi familiar a tu lado.
Contigo el frío es nadie,
como esa gente entremezclada y homogénea
que se concentra en un punto más bien vacío y llano
(ni siquiera es preciso, qué barbaridad).
Tus manos tibias abrigan las mías,
(le has quitado protagonismo a mis bolsillos)
Tu caminar sin quiebre acompaña a mis pies.

A todo esto le hace falta algo
Algo que lo haga concordar
con el paisaje turístico, el ajedrez y el taladro invisible
pero es que, sin duda alguna, este frío de Mayo
nos tiene a ambos sin combustible.

lunes, 22 de marzo de 2010

Tengo miedo


Tu voz se apagaba
Mis manos temblaban
Se me helaron hasta los huesos
Tus sollozos cada vez más obvios
Y tus intenciones más confusas

Tengo miedo de verte
Tengo miedo de ver tu sombra bajo mis pies
Tengo miedo de decir sí
Tengo miedo de tus palabras
Tengo miedo de tus tormentas
Tengo miedo del futuro
Tengo miedo torero.

miércoles, 17 de marzo de 2010


detente a pensar en qué diablos piensa el mundo entero
detente a pensar por qué deberías pensar en lo que piensan los demás
detente a pensar por qué te lo cuestionaste
detente a pensar por qué estamos así

Nada grave, se supone.






Ne me quittes pas, mon cher, ne me quittes pas.
Regina Spektor.

jueves, 4 de marzo de 2010

Golpe del Bicentenario (extracto)

{...} De repente, a las 3:34, suaves movimientos mecen las cunas de cada penquista, y la mano que mece aquellos aposentos comienza a ser más violenta y sacude las casas, los edificios, hospitales, supermercados, tiendas, todo. El piso 14 se sacude como una caja, para todos lados, como la cola de un perro cuando llega su amo, como un espiral, un eterno espiral que no cesa, que lanza los artefactos de la cocina, quiebra tazas, platos, vasos, destruye el estuco del cielo raso, las paredes. En frente se puede ver un edificio que le llueve el vidrio de sus 20 pisos: explotan como bombas de pintura, como una lluvia cortopunzante, transparente, discreta, asesina. “Esta weá no para, la cagó para ser fuerte”, te repites sin cesar, sacude tus cuatro paredes, a ti, tus familiares, tus vecinos, incluso tus amigos de más lejos, tu casa en el Sur, una país, y millones de vidas que caminan por una cuerda floja, llenas de miedo, angustia y desesperación ¿Qué va a pasar con las casas destrozadas sobre la calzada? ¿Quién va a socorrernos ante esta situación catastrófica? ¿Dónde irán a parar cientos de personas que no tienen hogar, porque lo perdieron ante los casi 9 grados Richter que remecieron la ciudad de Concepción? Nunca habías sentido algo así, nunca se te pasó por la cabeza aquella magnitud de movimiento y destrucción. {...}

martes, 23 de febrero de 2010

Desde Marte hasta Venus


Despiértame, sin dañar
mis emociones.
Nicole



Tu aroma, inconfundible brebaje de sueños
Sofocante e impregnante sustancia adictiva
Droga de incalculable valor
Sumérgete en mí cuando menos lo espere.
Inyecta tu penetrante sabor sobre mi,
El de las mañanas, las tardes, las noches

No te despidas con un beso,
(Buddy Richard estaba equivocado)
Sólo que no debieras despedirte,
(No debieras irte)

El olor de tu piel
El calor de tu pecho
El sabor de tus labios
Tu cuerpo y tus palabras embriagantes.
La firmeza de tus brazos
En cada abrazo, cada mínimo contacto.

Cierra los ojos, escuchemos los latidos
que se funden en la habitación.
Se mezclan con tu voz, tu respiración.
Exhalaciones, inspiraciones,
es como una melodía para soñar.

Quiero llenarme, impregnarme, agotarme,
invadirme con tu aroma.
Mis almohadas por la mañana,
mi boca, mi ropa, mi pelo, mis uñas.

Quiero vivir en ti
Pour toute la vie.

viernes, 19 de febrero de 2010

Bajo una pequeña estrella




Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.
Que no se enoje la felicidad por considerarla mía.
Que me olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.
Que me disculpe el tiempo por el mucho mundo pasado
por alto a cada segundo.
Que me disculpe mi viejo amor por considerar al nuevo
el primero.
Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.
Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.
Que me disculpen los que claman desde el abismo el disco
de un minué.
Que me disculpe la gente en las estaciones por el sueño
a las cinco de la mañana.
Perdóname, esperanza acosada, por reírme a veces.
Perdonadme, desiertos, por no correr con una cuchara de agua.
Y tú, gavilán, hace años el mismo, en esta misma jaula,
inmóvil mirando fijamente el mismo punto siempre,
absuélveme, aunque fueras un ave disecada.
Que me disculpe el árbol talado por las cuatro patas de la mesa.
Que me disculpen las grandes preguntas por las pequeñas
respuestas.
Verdad, no me prestes demasiada atención.
Solemnidad, sé magnánima conmigo.
Soporta, misterio de la existencia, que arranque hilos de tu cola.
No me acuses, alma, de poseerte pocas veces.
Que me perdone todo por no poder estar en todas partes.
Que me perdonen todos por no saber ser cada uno de ellos,
cada una de ellas.
Sé que mientras viva nada me justifica
porque yo misma me lo impido.
Habla, no me tomes a mal que tome prestadas palabras patéticas
y que me esfuerce después para que parezcan ligeras.


Wislawa Szymborska

viernes, 5 de febrero de 2010

Clase C

Nada pasando ¿Qué va a pasar?
Servicios públicos y funcionarios del Estado
"Señor asalariado, esfuércese un poquito",
Nos dice ese electo presidente.

Peldaños fríos golpean tu cojín,
Huesitos débiles que el amor dejó así
¡Avanzó un número! del 33, al 34;
Tengo el 40. Escasea el calor.

Los rostros impacientes remojan sus ojos
en el silencio de la agonía, discreta, sencilla.
Su labor de muerte es algo jubilado.
Suceden los segundos, y tiemblan los minutos.

Recorriendo tus huesos, aquellas malditas partículas parásitas térmicas (térmicamente heladas, congeladas), que se adhieren a ti como koalas bastardos, algo huérfanos, solos, abandonados. Se cuelgan de tu cuello, tus piernas, tus caderas, tus brazos débiles que intentan hacer la extremidad escribir bajo albas luces artificiales.

Entes pasean por la fría Sala de Espera. Un hombre que atiende ahí tiene un poco desviado el ojo, pero sospecho que me está mirando "Está cagá de frío, y todavía le queda pa rato", piensa. No sé si concretamente me mira a mí, o al otro, o el que está allá, pero me siento observada, casi amenazada por el viento y las brisas organizadas. Qué fácil esconderse así, no?

¡35! Quedan aún 5.
Señor, usted tiene el 37,
esté atento, no pregunte al resto.

Extintor, No fumar, Vía de Evacuación, Equipo de extensión de incendios.
¿Alguno que no prevenga o prohiba?
Venta de Permiso de Circulación
Comerciales, no faltaba más.

(La puerta mágica de las alturas me llama: "Tour hacia el País de Las Maravillas". La oruga tiene una mano, iremos a preguntarle a Alicia quién cresta es.)

jueves, 14 de enero de 2010

Doesn't matter


He conocido distintos lugares,
cosas que salen de mí, y luego
vuelven como pájaros abandonando el nido,
olas que chocan en las orillas de la playa.

Se me acerca una brisa de leve aroma
y no logro disfrutarla: se ha ido.
Está acariciando mis mejillas, mis pestañas.
Bosteza y me cierra los ojos, me dice adiós.

Aterricé en un lugar lleno de preguntas, carente de respuestas,
plagado de una incertidumbre que a nadie le importa, nadie la cuestiona.
Todo es igual, una rutina, un paso más.

Y sin embargo, existe una luz,
una tenue luz naranja que me cobija cada noche,
y jamás sabré si algún día seré yo quien la cubra,
la tapice, inundando cada paso que dé,
al cruzar la calle, doblar y verla.

No sé si ganamos, o perdemos,
pero estoy bien, creo.
Aquí estaré para llenar esa cubeta de preguntas,
y arrojarlas poco a poco a aquel vacío
que se llama Resignación.