Este fue el cuento que escribí para el concurso "Concepción en 100 palabras". Por supuesto no ganó, sino estaría publicado en varios medios y no en una insignificante y pobre plataforma virtual con unas cuantas -muchas- letras y mocos-tendíos.
Tiene exactamente cien palabras. No sabía que podían hacerse menos. Y aunque lo hubiese sabido, tampoco lo habría logrado. Me faltaron unas mil palabras para seguir describiendo a esta maravillosa ciudad que me vio nacer, crecer, partir y volver; que me ha visto enamorada, perdida, borracha, llorando, pedaleando, volando y gritando mientras sujeto algún lienzo de protesta.
Podría escribir tantas cosas relacionadas con la ciudad, que no quiero aburrirlos y les mostraré -finalmente- mi cuento. Espero que les guste. En realidad no. Léanlo y sigan sus vidas:
"Seis de la
madrugada y Concepción empieza a levantarse. Las bocinas, las micros,
automóviles, perros, gatos, grúas, el Alto Río. Vengan-a-ver-el-circo. Desciende
un ejército de zombies rumbo a la universidad. Paicaví con O’Higgins: un caos. Las
cicletadas, las marchas multi-propósito. Almorzamos en el Stromboli o las hamburguesas
de soja Hare-Krishna, al lado del Banco Estado, para hacer la cola antes de las
dos. Llegan los predicadores, Cristo-viene y todos-vamos-a-morir. ¿Le lustro
las botas? Se las dejo brillantitas. La Loca Mireya, la Radio Biobío, el
Teatro, Casa Orellana y el Aula Cero ¿Vamos a comer mariscos y mirar
atardeceres en Lenga?"
Tienes razón, quedo como en stand by el cuento. Besos
ResponderBorrarHola! acabo de encontrar tu blog y me gusta, busco inspiración para volver a escribir en el mio...
ResponderBorrarsaludos
Te sigo!